Misterios Gloriosos para el Jubileo de la Orden de Predicadores

Los Misterios Gloriosos para el Jubileo de la Orden de Predicadores

"Enviados a predicar el Evangelio"

Estas meditaciones para el Jubileo de la Orden de Predicadores se pusieron en línea para ayudar a los que quieren rezar el Rosario. Se han redactado deliberadamente de una manera integral y se pueden adaptar fácilmente según las circunstancias.
Para cada misterio, se propone una cita bíblica, dos citas dominicanas y una intención. Cada uno puede elegir lo que conviene a fin de poder elaborar un momento de oración fructuoso para todos.

Beato Ángelico, Resurrección de Cristo
Primer Misterio:
La Resurrección

Jesús dijo a María: "Mujer, ¿por qué lloras? ¿A quién buscas?"” (Jn 20,15)

"Oh Resurrección, oh dulce Pastor, oh humilde Cordero, Tú eres el jardinero que, después de haber abierto las puertas del jardín celestial, es decir, del Paraíso, ofreces las flores y los frutos de la Deidad eterna. Y ahora sé con seguridad que Tú has dicho la verdad cuando, bajo la apariencia de un viajero apareciéndote a dos de tus discípulos, les dijiste que era necesario que el Cristo padeciera, por medio de la Cruz entrara en su gloria... ¿Y cuál era tu gloria, oh dulce y amoroso Verbo? Eras Tú mismo y para que entrases en Ti mismo fue necesario que sufrieses." (Santa Catalina de Siena, 1347 - 1380)

"No hay nada que buscar, María: Has encontrado al que no perderás ya nunca. No le verás más en la cruz en las manos de la muerte. No irás más a su tumba para embalsamarlo con los perfumes de la caridad. No pedirás a nadie más que a él ni en la tierra ni en el cielo; porque él es tu alma y tu alma es él. Separada por un tiempo, has alcanzado el lugar donde no hay nada ya que impida la unión y la unidad". (Padre Enrique Lacordaire, 1802 - 1861).

Nuestra Señora del Rosario, enséñanos a dar gracias por esta nueva vida que se nos da a través de la resurrección de Cristo.


Segundo Misterio:
La Ascensión

"La Escritura dice: Subió a lo alto, llevó a los cautivos, dio dones a los hombres." (Ef 4,8)
"El misterio de la Ascensión (...) nos introduce con el Señor en el reino del Padre y nos cierra caminos puramente terrestres. Si habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba. Pero esta elevación de nosotros mismos, esta subida se hace siguiendo a Cristo, es el poder de la resurrección el que nos lleva y nos eleva, como el amor que Jesús tenía por el Padre le elevó en el camino de su Pasión. En efecto, nosotros no podemos unirnos a Cristo sino por los caminos que tomó él mismo: abyección, pobreza, desprecio, porque él mismo es el camino, no otro." (Juan Tauler, 1300-1361)

"Él, el Poderoso de los poderosos, sometió al demonio cautivo, y ascendió al cielo con su fuerza. Allí, en el resplandor, en la sublimidad de su gloria, él disfruta con el Padre de todos los bienes celestiales. Rey de la vida eterna, nos hizo sus coherederos, sus copartícipes en la contemplación que satisface todos los deseos de los ángeles; él es de tal belleza que todas las criaturas no pueden dejar de admirar, cuyas palabras tienen un encanto incomparable. Él será nuestra recompensa. "(Bta. Colomba de Rieti, 1467-1501).

Nuestra Señora del Rosario, enséñanos a desear siempre el Cielo.


Tercer Misterio:
Pentecostés

"Se llenaron del Espíritu Santo y comenzaron a celebrar la grandeza de Dios." (Hechos 2,4).

"¡Qué la gracia del Espíritu Santo esté presente en nosotros! Espíritu Santo, tú que inspiraste a los profetas para que anunciaran de antemano las maravillas del Mesías. Tú que purificaste a los Apóstoles para que llevaran al mundo entero el mensaje de Cristo. Tu soplo ha dado a los hombres el ser espiritual. Tú reúnes en la unidad las lenguas y costumbres divididas; Tú has enseñado con tu toque divino a los santos de todos los siglos. Tú has recompensado hoy a los Apóstoles de Cristo con dones extraordinarios y desconocidos de edad en edad. Tú has hecho glorioso este día de Pentecostés. Amén, ¡aleluya!” (Beato Humberto de Romans, 1194 - 1277)

"El precioso e incomparable tesoro que lamentablemente perdió una vez en el paraíso, por el pecado, nos ha sido devuelto. El tesoro que perdimos por la desobediencia, quiero decir el Espíritu Santo, ni los sentidos, ni el corazón, ninguna inteligencia comprende las riquezas, el amor, la plenitud, sí, el Espíritu Santo que nos ha sido dado. Él descendió sobre los apóstoles. Se ha dado en abundancia, con exceso. Ha inundado a todos interna y externamente, de su gracia." (Juan Tauler, 1300-1361)

Nuestra Señora del Rosario, enséñanos a ser dóciles al soplo del Espíritu.


Cuarto Misterio:
Beato Ángelico, Transito y Ascensión de la Virgen
La Asunción

"El Poderoso ha hecho obras grandes por mí, desde ahora todas las generaciones me llamarán bienaventurada." (Lc 1,48-49)

"Si Nuestra Señora se encuentra con su cuerpo en la gloria del cielo es que desde su vida terrena, y a pesar de sus gracias excepcionales, no estuvo atada a ningún bien, espiritual o corporal, interior o exterior... Por esta profunda pobreza interior, nosotros participamos un poco de la pureza de María, ella no puso ningún obstáculo a la gracia que la elevó hasta Dios. La Asunción comienza, como la Resurrección, en nuestra vida cotidiana aquí abajo." (Juan Tauler, 1300-1361)

"Esta reina celestial y gloriosa que, antes en el mundo, no parecía ser más que un poco de tierra, hoy se eleva por encima de todos los mundos, así como enseña la Iglesia entre nosotros. El que la estableció reina de los Serafines y que fue llevado en su vientre con una verdadera carne humana, desciende a través de las regiones del cielo para honrarla y darle la corona. ¡Qué triunfo en las profundidades del cielo, entre los bienaventurados espíritus, con motivo de su asunción maravillosa!" (Fr. Jerónimo Savonarola, 1452 -1498)

Nuestra Señora del Rosario, enséñanos a ir siempre a Cristo a través de ti.Ad Jesum per Mariam.


Quinto Misterio:
La coronación de María
Beato Ángelico, coronación de la Virgen

"Una señal apareció en el cielo: una mujer vestida del sol, con la luna bajo sus pies y en su cabeza una corona de doce estrellas." (Ap 12,1)

"Mis hijas [son las monjas del Convento de Santa Inés] están vestidas ricamente... Ellas serán llevadas y presentadas al Señor, el Rey, después de la REINA, la Virgen María, su Madre incomparable, pues ella es su única paloma, su amada, toda hermosa, pura y sin mancha... Está llena de caridad y de amor, llena de gracia, bendita entre las mujeres, y con ella está el Señor. Las esposas de Cristo serán llevadas a su lado en el Templo del Rey no hecho de manos humanas, donde el Esposo se regocijará con la Esposa... Entraréis en Sión cantando himnos, la cabeza adornada con una alegría eterna, es decir, con una corona inmortal." (Bto. Jordán de Sajonia, 1185-1237)

"Mira la dulce Reina del Rey celestial, tan querida para tu corazón, que se inclina con ternura en su Amado, rodeada de rosas en flor y de lirios de los valles. Mira su exquisita belleza que llena de alegría a todo el ejército celestial. ¡Ah! Ahora te dirige una mirada que hará las delicias de tu corazón y de tu mente! Mira la Madre de la misericordia, que poco a poco volvió sus ojos, sus ojos suaves y misericordiosos hacia ti y hacia todos los pecadores, para protegeros con su poder y reconciliaros con su hijo amado." (Bto. Enrique Susón, 1295-1366).

  
Nuestra Señora del Rosario, enséñanos a amar más y mejor, que seamos dignos hijos e hijas de nuestro Padre Santo Domingo.


Misterios Gozosos,